Nuestras composiciones musicales son a través de instrumentos de frote, golpe, soplo, aire, cuerda, entre otros. Todos los instrumentos fueron elaborados con materiales naturales como el barro, caña, bambú, madera, palma, cera de avispa, tecomates, jícaras, caucho, pita de maguey, huesos de animales, caparazones, etc.
Entre los instrumentos está el xul, xäq xul, tunkul, kök, tun, tzuy q’ojom, chïrchïr, ch’ab’itun, t’ot’ y el roq’roq’.
Nosotros concebimos que los instrumentos musicales poseen una energía (rajawal q’ij ) porque ellos cantan, lloran, gritan, silban, ríen, hablan y callan. Nuestros instrumentos son portavoces del silencio, de la sonoridad y son parte del cosmos. La música, el canto y los instrumentos musicales forman parte del conocimiento científico, tecnológico, político, espiritual y filosófico de nuestros abuelos y abuelas.
La música es holística porque está conectada con todo lo existente en el universo.