En el altiplano de Guatemala, desde hace más de una década, jóvenes maya-kaqchikeles trabajamos en la recuperación de nuestras raíces culturales a través de la investigación y el fomento de la música y danza maya prehispánica.
Gracias a la inspiración que hemos encontrado en los bosques y los lagos que nos han visto crecer y gracias también a la generosidad con la que nuestros abuelos y abuelas nos han confiado su sabiduría, hoy sus nietos y nietas podemos aportar nuestro granito de maíz en favor de la reconstrucción y el intercambio cultural, a través de la recuperación y revalorización de las artes mayas.
Nuestro nombre, Sotz’il, significa murciélago. El murciélago es un animal sagrado y totémico para el pueblo maya kaqchikel, ya que, como nos recuerda El Memorial de Sololá, fue el murciélago quien trajo el fuego para nuestra gente. Además, los Ajposotz’il Jay o la Casa de los Murciélagos fue el linaje que lideró al pueblo Kaqchikel en la ciudad-fortaleza de Iximché hasta la llegada de los españoles en 1524.
En memoria de todos ellos, todavía hoy el saco típico que visten los hombres en el Municipio de Sololá lleva dibujada la figura estilizada de un murciélago en la espalda y en las mangas. Nosotros, sus nietos y nietas, agradecemos, honramos y reconocemos este valioso legado de nuestros ancestros denominándonos Centro Cultural Sotz’il Jay.